Hacerte Recordar
Huye de mí, corre de aquí,
disuélvete en el café, recíclate con el papel,
amárrate manos y pies.
Y no voltees a este lado para ver.
Y no preguntes por mí,
ya ni te acuerdes de mí,
solo cumple tu promesa de huir.
Que yo me encargaré de hacerte recordar
aunque me mientas que ya no me amas más,
sabes que seguiré teniendo mi lugar
aunque te empeñes en dejar todo detrás.
Quema después lo que te escribí
o ponlo al fondo de un cajón.
Y guarda toda la pasión bajo llave y a presión.
Y desdibuja mis manos de tu piel,
aprende a despertar sin mí
y enséñate a fingir
cuando todo te pregunten por mí.
Y si quieres volver a vivir lo vivido
porque aceptes que soy lo que siempre has querido,
piensa que me tuviste pero ya me has perdido
y no vuelvas jamás.
Yo Tampoco
Yo tampoco tengo fuerzas para
convencerte.
Y tampoco tengo el modo de
decirte que va a funcionar.
Y tampoco tengo ganas de que acabe,
mucho menos tengo ganas de
dejarte ir.
Y hoy me muero por ti.
Hay personas que por mucho que
se amen
y por mucho que lo intenten no
logran coincidir.
Tengo miedo de entender que en
nuestro caso
no podría haber mejor verdad.
Y hoy me muero por ti.
Quiero ser inteligente y más egoísta
y por una vez dejar de lado al corazón,
porque ya dije que quien dijo que el amor bastaba para ser feliz
no te había conocido a ti.
Y hoy me muero por ti.
Si me quedo a tu lado estoy destinada
a escribir por siempre la misma canción,
Si me marcho sacrifico al corazón,
Si me quedo traiciono lo que soy.
Y hoy me muero por ti.
Rojo de sangre
Yo no me ando a medias tintas
traigo un duelo que me pinta
todo el cielo color guinda y carmesí,
rojo de sangre, de ego herido de dolor,
de rosas marchitas, de gritos que gritan, de voces sin voz.
Yo no me ando a medias aguas,
traigo heridos cuerpo y alma,
tengo grietas en la calma, en la quietud;
pena en las venas y agonia en el corazón,
derrumbes, condenas,
martirios, cadenas,
azul desazón.
Yo no quiero que te vayas y me aferro a tu mirada
pero no puedo hacer nada más.
Y es que ya me voy sintiendo sola, me tragan ya las olas
de mi amarga soledad.
La Mujer
que un Día fui
¿Cómo puedo ser quién soy
si para estar contigo
tengo que aprender a ser
algo más que sólo soy contigo?
Si comienzo por negar
lo que siento y que preciso
¿adonde voy a llegar
siendo espejo de ti mismo?
No recuerdo cómo habla la mujer que un día fui,
Ya no vive, sobrevive la que duerme junto a ti,
No respira el mismo aire, ya no es luciérnaga,
se ha matado por seguirte, para darte a ti la vida.
No recuerdo lo que piensa la mujer que un día fui,
ya no hay vida entre sus manos, se fue su arcoiris,
es tan solo un gris reflejo de tu egoísta realidad;
Todo lo que le has pedido te lo ha dado sin dudar.
Ya no es ni mariposa ya no sueña con volar,
ya no dice lo que piensa, ya no le interesa hablar,
no quiere tener razón, se le muere la pasión,
todo el por lo que moría lo ha guardado en un cajón.
Ya no te cuenta sus miedos, no la sabes escuchar.
Ya no te cuenta sus sueños, no te pueden importar.
No trata de conquistarte porque tú la acostumbraste
a vivir de lo inmediato, a comer de la rutina...
O tal vez porque recuerdo todo lo que un día fui
es preciso que hoy me marche lejos, lejos de ti
a un lugar que no conozcas, que no sepas como ir,
y me olvide de tu nombre y lo que siento por ti.
Y me olvide que te amaba que te di mi eternidad,
y me olvide que te daba hasta lo que no tenía,
y me olvide de tus ojos, tus reproches y tu piel,
y me olvide de que existes...
Que te olvide por mi bien.
Que te olvide y vuelva a ser
La mujer que un día fui.
Mujeres como yo
No quiero quedarme
contigo.
Quiero volver a creer.
Escúchame bien lo que te digo,
que no lo repetiré.
Mujeres como yo rara vez te pasan cerca;
mujeres como yo no te tocan a la puerta;
mujeres como yo no se dejan ir así,
Y es que los hombres como tú no se merecen
a mujeres como yo.
No quiero quedarme contigo.
No quiero volverte a ver.
Escúchame bien lo que te digo,
no cambio de parecer.
Mujeres como yo rara vez te pasan cerca;
mujeres como yo no te tocan a la puerta;
mujeres como yo no se dejan ir así
porque los hombres como tú no las encuentran
por ahí.
Mujeres como yo una vez te dan el alma
pero tras la traición se retiran como
damas,
no te ruegan jamás, nunca las verás
llorar,
y es que los hombres como tu no se merecen
a mujeres como yo.
Mujeres como yo no te vas a encontrar
jamás,
No, no hay como yo.
No quiero quedarme contigo.
GIGANTES
Una vez más te busco y no te encuentro,
una vez más intento hacerte entender
que tu presencia me hace temblar,
que son tus manos las que me hacen dudar,
que entre tus ojos se fuga mi alma
que busca y que encuentra,
que miente y piensa que nunca te tiene en verdad.
Una vez más te busco entre las piedras,
escarbo entre las hierbas de este corazón,
porque huyes del tiempo,
te esconden las frases de orgullo y dolor
y te obstruyen la vía de escape.
¿Cuántas veces te he dicho
que los gigantes no siempre son grandes?
Son débiles, pequeños en su interior.
Mírame a los ojos y ve cómo me muero
por ti,
cómo me pierdo al sentir que te vas
dejando,
alejando cada vez más de mí.
Todavía
Te amé y, sin afán de volver a caer,
lo admito porque sé que no eres mío.
Ya sé que no debiera cantarte otra vez
y grito
porque no soy de piedra
y aunque por dentro quiera…
Es tal el silencio de esta habitación
que escucho hasta el ruido del aire
y el corazón se da cuenta de esta soledad.
¡El tiempo pasa y pesa tanto!
¿Qué importa ya este cielo estrellado
si no estas a mi lado,
si ya me has olvidado?
Jurarme que eres parte del pasado
no me esta funcionando,
si hoy que me has hablado
ha vuelto a comenzar lo que creí acabado.
Te amé, y sin afán de volver a caer,
lo admito
Porque se que no eres mío.
Ya sé que no debiera cantarte otra vez
y a gritos, es mi fe quien pide auxilio.
Porque no soy de piedra, y aunque por
dentro quiera
dejarte en el pasado,
aunque este tan trillado:
Todavía te amo.
El suelo se hunde a mis pies
mientras yo intento matar tu recuerdo,
pero luchar contra todo, contra ti y contra mi
y todo lo que fuimos
es entender que mientras más lo intento
me llueve más por dentro, es más lo que me acuerdo.
Pensarte es morir a paso lento
cuando voy descubriendo
que ya te encuentras lejos
mientras yo te traigo en el pensamiento.
No Admito
No admito dictaduras ni apruebo sus torturas.
No admito imposiciones que para algo están mis pantalones.
No admito hipocresías, medias verdades que son mentiras.
No admito sin razones, yo hablo el lenguaje de los corazones.
Y yo no me callo,
sigo al frente y aún de pie.
Y yo no me marcho, no concedo, no me vendo
no me quedo en el intento.
Na na na na na na.
No acepto que me adulen y odio que me usen,
¿ya ves?, no acepto que me compren,
detesto que me roben mis canciones.
No me haces el favor de abrirme espacios
cuando los dos sabemos lo que cobras por debajo.
Ni me vendas la historia que crees en mí, cuando vienen las
pruebas tú ya no estás aquí.
Yo no vendo mi vida para ser la noticia del día.
No vengo a complacerte, no vengo a entretenerte, no.
Somos Pocos – (¿Somos pocos?)
¿Estamos ciegos o al mundo le falta luz?
¿Estamos ciertos o me equivoco tanto como tú?
¿Estamos locos si descubrimos que
somos pocos lo que quedamos y nos quedamos?
¿Cuanto hay que dar por la verdad?
¿Cuanto es valor y cuanto es necedad?
¿Cuanto es real, cuanto ilusión?
¿Cuanto el deseo de no perder la pasión?
¡Cuantas ganas de que gane el corazón!
¿Estamos ciegos o vemos lo que nadie ve?
¿Estamos siendo los únicos que se atreven?
¿Estamos locos si descubrimos que
somos pocos los
que luchamos y nos quedamos?
Y si el resto de la gente se oscurece,
y desvanecen sus certezas y se venden,
y si es cómodo callar y no gritar
cuando les muerde lo que saben que les puede,
yo te juro que me lanzo hasta el vacío
y defiendo con la vida lo que es mío,
cada paso que en conjunto construimos
con la sangre que ha costado este camino.
Y si el resto de la gente ya no sueña,
y si el resto de la gente se envenena,
si es preciso saco de la magia de las venas
y persigo sin dudar a nuestra estrella.
Y si el resto de la gente ya no sueña,
y si el resto de la gente se envenena
tú quédate a mi lado, sé mi estrella.